Los eosinófilos son un tipo de glóbulo blanco. Ayudan a combatir las infecciones y juegan un rol en la respuesta inmunológica del cuerpo. También se pueden acumular y causar inflamación.
Normalmente, la sangre no contiene un gran número de eosinófilos. El organismo puede producir más de ellos en respuesta a:
- Trastornos alérgicos
- Afecciones de la piel
- Infecciones de parásitos o micóticas
- Enfermedades autoinmunes
- Algunos tipos de cáncer
- Trastornos de la médula ósea
En algunos cuadros, los eosinófilos pueden salir del torrente sanguíneo hacia algunos órganos y tejidos. Esto puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, incluyendo el esófago, corazón, pulmones, sangre e intestinos. El tratamiento puede variar, dependiendo de la causa y de la parte del cuerpo afectada. Con frecuencia, el tratamiento usa en parte corticoides.
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