La aorta es la principal arteria que lleva sangre fuera del corazón. Cuando la sangre sale del corazón, fluye a través de la válvula aórtica hacia la aorta. En la estenosis aórtica, la válvula aórtica no se abre completamente, lo cual disminuye el flujo de sangre desde el corazón.
A medida que la válvula aórtica se estrecha, el ventrículo izquierdo del corazón tiene que esforzarse más para bombear sangre a través de la válvula. Para hacer este trabajo extra, los músculos de las paredes del ventrículo se vuelven más gruesos. Esto puede llevar a que se presente dolor torácico.
A medida que la presión continúa incrementándose, la sangre se puede represar en los pulmones. La estenosis aórtica grave puede limitar la cantidad de sangre que llega al cerebro y al resto del cuerpo.
La estenosis aórtica puede estar presente desde el nacimiento (congénita), pero generalmente se desarrolla posteriormente en la vida. Los niños con estenosis aórtica pueden tener otras afecciones congénitas.
La estenosis aórtica ocurre principalmente debido a la acumulación de depósitos de calcio que estrechan la válvula. Esto se denomina estenosis aórtica cálcica. El problema generalmente afecta a las personas mayores.
La calcificación de la válvula sucede con más rapidez en personas que nacen con válvula bicúspide o aórtica anormal. En casos raros, la calcificación puede desarrollarse más rápidamente en pacientes que han recibido radioterapia en el tórax (como para tratamiento de un cáncer).
La otra causa es la fiebre reumática. Esta afección se puede desarrollar después de una faringitis estreptocócica o una escarlatina. Los problemas de las válvulas recién aparecen de 5 a 10 años o más después de ocurrir la fiebre reumática. Esta fiebre es cada vez menos frecuente en los Estados Unidos.
La estenosis aórtica ocurre en aproximadamente el 2% de las personas mayores de 65 años. Se presenta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres.
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